En años recientes se ha desatado una apasionada y sugerente discusión en torno a las implicaciones de las políticas de liberalización comercial y los tratados de libre comercio sobre los patrones alimentarios, la dieta y la salud de la población de diversos países del mundo. Si bien se reconoce que no existen evidencias determinantes sobre los impactos directos de l globalización y las políticas de apertura comercial sobre el estado nutricio de la población, así como de la dificultad para separar los efectos de estos sobre la dieta y la salud, diversos estudios han concluido que estos procesos han tenido implicaciones profundas en la estructura y naturaleza del sistema alimentario y, por lo tanto, en la disponibilidad, la calidad nutricional, el acceso, el precio y la promoción de los alimentos en diferentes lugares.